La mayoría de averías que vemos en viviendas canarias no salen en las noticias ni vienen de tormentas perfectas. Son enchufes exteriores sin tapa, regletas detrás de muebles, diferenciales que nadie prueba y cuadros que no se han tocado desde que se puso la vitro. El clima ayuda a algunas cosas y castiga otras: salitre, humedad, calor. En una casa de Firgas nos llamaron porque “saltaba la luz” cuando llovía con viento; el problema terminó siendo una base exterior sin junta, agua dentro y derivación. Nada épico, pero lo suficientemente serio como para fastidiarte un domingo y, si te descuidas, algo más. Aquí van consejos prácticos para vivir más tranquilo, sin gastar de más.
Lo que revisamos siempre en viviendas en Canarias
Empezamos por el cuadro: ¿cuántos circuitos reales? ¿Diferenciales tipo A o AC? ¿Hay protección contra sobretensiones? ¿Etiquetado? Después pasamos a baño y cocina: tomas con tierra, diferenciales funcionando y grados de protección donde toca. Miramos exteriores: cajas, apliques y bases con IP suficiente y herrajes sin óxido. Por último, enchufes que calientan, cables pelados y empalmes “temporales” que se eternizaron.
En la casa de Firgas, cambiamos dos bases exteriores por IP55 con tapa, revisamos cajas y añadimos prensaestopas. Hicimos test del diferencial (30 mA) con equipo de medida: disparó a 24 mA, correcto, pero tardaba algo más de lo deseable; se sustituyó por uno nuevo tipo A. Añadimos protector de sobretensiones tipo 2 y etiquetamos. En 90 minutos, problema resuelto. A veces es así de simple si vas al punto débil.
Experiencia real / Caso práctico
Otro caso rápido: piso en Arinaga con horno nuevo. Al encenderlo, se quedaban a oscuras. No era el horno: era el cuadro con todo detrás de un solo diferencial y un magnetotérmico de 16 A para la cocina. Separar circuitos, poner dos diferenciales y ajustar potencias arregló la vida de esa familia. Mismo edificio, otro vecino: base exterior oxidada sin tapa; la cambiamos por una IP66 y sellamos. Mano de santo. Moraleja: en costa, el metal sufre y el agua entra por donde la dejas.
Lecciones aprendidas
- Prueba el diferencial cada 3 meses: botón “T”. Si no dispara, cámbialo.
- Dos diferenciales mejor que uno: divide vivienda y evitas quedarte a oscuras.
- Sobretensiones tipo 2 en cuadro: protegen electrodomésticos de picos.
- En exteriores, IP55 o más, con tapa y junta. Salitre y viento aprietan.
- Tomas con tierra y bases en buen estado en cocina y baño: obligatorio y sensato.
- No a las regletas permanentes: añade tomas fijas donde haga falta.
- Señales de alerta: olor a quemado, enchufes calientes, zumbidos en el cuadro.
- Iluminación de emergencia en pasillos: una baliza puede marcar la diferencia.
- Evita empalmes aéreos sin caja: usa conectores y cajas estancas.
- Revisa aprietes del cuadro cada 2–3 años: el calor dilata, el borne afloja.
- Si hay niños, tapas de seguridad en enchufes a su altura.
- Etiquetado claro en el cuadro: gana tiempo en urgencias.
- Secadoras y hornos en circuitos dedicados: nada de compartir con “lo que quede”.
- Ventila falsos techos con transformadores: el calor mata y puede quemar.
- Planifica el futuro: deja un magneto libre para un cargador o fotovoltaica.
- Nada de aparatos en patios bajo lluvia, aunque “no le cae directo”.
- En viviendas antiguas, revisa tierras y diferenciales sí o sí.
- Si tienes placas, protege CC y CA y revisa anualmente las cajas de string.
- Evita alargadores enrollados con carga alta: se calientan.
- Electrodomésticos con enchufe flojo: cambia la base, no la empujes “un poco”.
- Instala detectores de humo en pasillos: baratos y eficaces.
- Ante la duda, para y llama: una revisión a tiempo es baratísima comparado con un susto.
Conclusión
La seguridad eléctrica doméstica no tiene glamour, pero te da algo que no tiene precio: tranquilidad. Con estas pautas y una revisión periódica, tu instalación vivirá muchos años sin sobresaltos. Si quieres que revisemos tu casa en Gran Canaria y dejemos todo al día, nos pasamos, medimos y te explicamos sin tecnicismos. 686 135 935 · info@alcanelectric.es.
Trabajo bien hecho, sin cuentos.
